lunes, 13 de diciembre de 2010

Ya no asusta el Sevilla?



Os pondré en situación. Día 13 de diciembre del 2010, 17:20 de la tarde, escuchando una emisora de radio en Barcelona. Tertulia deportiva basada especialmente en el Barcelona y en el Espanyol. Cuándo llega el momento clave; unos de los reporteros hace una pregunta al resto de tertulianos: "Aparte de Barcelona y Real Madrid que seguro que van a la Champions, que otros equipos lucharán por los 2 puestos que quedan?"



La pregunta tiene diversas repuestas, pero una cosa me llama la atención, todos los tertulianos nombran al Espanyol, (normal al estar en Barcelona y jugando el equipo periquito bien como lo está haciendo), otros tantos nombran al Villareal, Atlético de Madrid, Valencia, incluso Getafe y Bilbao.






El director del programa se percata que nadie ha nombrado al equipo sevillista, y se lo pregunta directamente: "nadie confía en el Sevilla?, no creéis que es un rival a tener en cuenta?". El silencio se apodera por unos segundos, y todos responden a la vez "No, no es rival".






Señores, ninguno considera al Sevilla un rival, todos lo dan por muerto, por acabado, e incluso alguno se aventuraba diciendo que tuvieran cuidado que no bajaran a segunda, que están más cerca del descenso que de la Champions.






Se ha perdido el respeto por el equipo de Nervión. Ya no asusta a ninguno de sus rivales, y eso hay que cambiarlo. Hay que resurgir igual que el ave Fénix de sus cenizas, hay que volver a ser grandes y respetados tanto en España como en Europa. Hay que volver a poner al equipo y a la entidad donde se merece.






Han dado por muerto a un herido, muy herido, pero no muerto. El equipo puede levantarse y demostrar lo que vale, pero hay que empezar por esta misma semana. Hay que ganar al líder de la bundesliga, y demostrar quién es el Sevilla, y el carácter de sus jugadores. La afición les respaldara como siempre, y aunque no se gane, seguro que los fieles seguidores vuelven a levantar a su equipo.






Pero la afición sola no puede con esto, hay que remar todos en la misma dirección, unir esfuerzos por un objetivo común, por devolver a los aficionados la alegría que han perdido en los últimos partidos. Devolver ese orgullo de campeón que les dieron no hace tanto, volver a conseguir el respeto de todos y cada uno de los equipos rivales y de los periodistas.






El equipo tiene que recuperar la ambición y salir de ese acomodo en que se ha aposentado últimamente, como dice una frase célebre de la historia: "Toda victoria es una derrota, si no es el comienzo de una nueva lucha buscando otra victoria".








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